Pocas etapas suelen ser tan desafiantes para la mujer como la menopausia. No porque en sí sea un período sombrío, sino porque implica una serie de cambios fisiológicos para los que, idealmente, debería estar preparada.
La menopausia es un hito natural y se caracteriza por la interrupción definitiva de la menstruación y el término de la fase de reproducción. Con su llegada, muchas se sienten liberadas de lo que consideran un ‘yugo’ mensual, y ese sentimiento es perfectamente válido. Sin embargo, como todo tiene su opuesto, significa también modificaciones físicas que son importantes y no del todo positivas si no se les pone la atención necesaria. Haremos énfasis acá en la transformación de la piel.
Debido a la menopausia, el cuerpo sufre una disminución en sus niveles hormonales, principalmente de estrógenos, “lo que redunda en una significativa pérdida de hidratación, elasticidad, firmeza y colágeno en la piel”, explica del Dr. Mauricio Rivas, director médico de Clínica Valle Norte.
Lo importante es que, pese a que es un proceso que no se puede evitar, los efectos de la menopausia sí pueden mitigarse con un enfoque que combine tratamientos dermatológicos, uso y consumo de antioxidantes, una dieta sana y equilibrada, y cuidados solares. El objetivo es hacerles frente a estos cambios con confianza y vitalidad.
-EL REY COLÁGENO. Alrededor del 75% de la estructura de la piel está constituida por el colágeno, una proteína esencial y fibrosa que forma parte de los tejidos conjuntivos de muchos órganos del cuerpo, entre ellos, la piel. ¿Qué le otorga? Firmeza y elasticidad, dos cualidades que están directamente asociadas al aspecto juvenil. Con el devenir de la menopausia, sin embargo, la producción de colágeno cae de manera drástica. En los primeros cinco años después de la menopausia, las mujeres podrían perder hasta un 30% del colágeno de la piel, mientras que continuaría disminuyendo en un 2% anual en los años posteriores.
Los causantes de esta pérdida son la baja en los estrógenos, la mayor producción de radicales libres y la menor regeneración celular.
-CUIDAR DESDE ADENTRO. Sabemos que la belleza y la vitalidad vienen, en gran parte, del interior. En este caso, de lo que consumimos. Durante la menopausia, una dieta rica en carbohidratos simples (son los que se descomponen fácilmente y suben el nivel de glucosa en la sangre) puede agravar el proceso del envejecimiento cutáneo. Un régimen alimentario bajo en índice glicémico (vegetales, granos integrales y proteínas magras) reducen la inflamación, dándole así un mejor aspecto a la piel.
-EL PODER DE LOS ANTIOXIDANTES. Si consumes con frecuencia alimentos ricos en vitaminas C y E, además de preocuparte también de ingerir polifenoles y resveratrol, por ejemplo, ya has dado un paso adelante en el cuidado de tu piel. La vitamina C (presente en cítricos y frutillas, entre otros) es fundamental para la síntesis de colágeno y protege, además, del daño solar; la vitamina E (frutos secos y semillas, entre otros) mantiene hidratada la piel y la protege de daños externos; los polifenoles, con propiedades antioxidantes y antiinflamatorias, los encuentras en el té verde, el cacao y los frutos rojos, y el resveratrol, que se halla en el salmón y las uvas, principalmente, refuerza la barrera de la piel.
Si optas por un uso tópico de antioxidantes, como sérums o cremas con las vitaminas ya mencionadas, también estarás protegiendo y fortaleciendo tu piel.
-EL FACTOR SOL. Lo hemos dicho incansablemente: la exposición solar es uno de los principales causantes del envejecimiento cutáneo. Se le llama fotoenvejecimiento y en la menopausia (antes y después de ella) hace más daño que cuando se es joven, porque la piel está más frágil que nunca debido a la disminución del colágeno y su incapacidad de regenerarse.
¿Qué hacer? Crear el hábito de aplicarse un protector solar que parta en un FPS 30 -nunca menos- todos los días del año, incluso en espacios cerrados, y usar sombreros, anteojos de sol y ropa protectora cada vez que salgas de tu casa.
TRATAMIENTOS RECUPERADORES
Clínica Valle Norte cuenta con diversos tratamientos médico-estéticos que estimulan la producción de colágeno y mejoran la apariencia de la piel en esta etapa de la vida, apoyados por la gran experiencia médica de nuestros profesionales y por la tecnología del más alto nivel. Algunos de ellos:
-Láser ResurFX: Estimula la producción de colágeno y mejora la textura cutánea sin provocar daño en las capas superficiales (no es ablativo). Excelente opción para quienes desean resultados graduales.
-Láser CO2 fraccionado: Este láser penetra más profundamente, eliminando las capas superficiales de la piel (es ablativo), estimulando así la producción de colágeno. Sus resultados son más rápidos.
-Bioestimulador Radiesse: Aquí, la hidroxiapatita de calcio se ocupa como un relleno Estimula también la producción de colágeno y es ideal para zonas que requieren firmeza y volumen.
-Sculptra: Su ácido poli-L-láctico promueve la regeneración gradual del colágeno, por lo que sus resultados no son inmediatos. Trata la flacidez y la pérdida de densidad.
-Exosomas: Estas vesículas derivadas de células madre contienen proteínas que colaboran en la regeneración celular y en la producción de colágeno. Se aplican con microagujas y se combinan con láser o radiofrecuencia.
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