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No existe una causa clara de la rosácea, la enfermedad crónica que provoca enrojecimiento de la piel, comúnmente de la zona centro facial. Son muchos los factores que pueden incidir en ella; sin embargo, uno que se ha asociado mucho en el último tiempo es el Demodex folliculorum, un ácaro microscópico que vive en los poros y en los folículos del pelo, y que se alimenta de la grasita de la piel. Y en algunos pacientes, explica el doctor Mauricio Rivas, “no se sabe bien por qué, provoca una reacción inflamatoria a este bichito, generando la rosácea”. (https://clinicavallenorte.cl/dermatologia-clinica-y-quirurgica/)

 

Sin embargo, agrega el director médico de nuestra clínica, no es la única causa, porque existen muchísimos otros elementos en juego, hereditarios y ambientales. Entre los últimos, el sol, las duchas muy calientes, los cambios bruscos de temperatura, el alcohol, las comidas calientes o muy picantes, e incluso algunos alimentos. Está descrito, por ejemplo, que el tomate podría desencadenar un brote de rosácea.

 

NO CONFUNDIR CON ACNÉ

El enrojecimiento persistente afecta nariz y mejillas, principalmente, pero también puede provocar pequeñas líneas rojas debajo de la piel, inflamación de la nariz y, además, engrosamiento de la piel de la frente, las mejillas y el mentón. En ocasiones genera alteraciones parecidas a las espinillas, por lo que no es difícil para la persona pensar en un acné. Pero no lo es.

 

“El acné y la rosácea son enfermedades totalmente distintas -dice el doctor Rivas-. Una persona podría sufrir las dos al mismo tiempo, pero lo más común es que nos encontremos con sólo una de las dos. El acné se caracteriza por la aparición de comedones y la rosácea, en general, no tiene comedones”.

Aunque puede afectar a cualquier persona, tanto en edad como sexo, esta patología es más común en mujeres de entre 25 y 35 años.

 

No sólo ataca el rostro: también puede darse la rosácea ocular, que se manifiesta con ojos y párpados secos, irritados e hinchados.

 

 

LAS MÁS SEVERAS

Los síntomas asociados más frecuentes, señala el doctor Rivas, son la sensación de picazón y ardor en la cara, pero las manifestaciones que se ven en la consulta son más serias que eso.

 

“Fundamentalmente, el enrojecimiento persistente en la cara, que no se va, y la presencia de unas venitas que nosotros llamamos telangiectasia (dilatación de los vasos sanguíneos que causa el enrojecimiento de la piel). Otros pacientes sufren lesiones inflamatorias llamadas pápulas y pústulas, que se asemejan a las espinillas del acné, pero que no son tales”.

 

También puede haber manifestaciones más severas, como la rinofima (nariz roja y grande en forma de bulbo), que se da en la rosácea fimatosa. Esto ocurre más en hombres que en mujeres.

La fimatosa, detalla el médico dermatólogo, es una de las variantes más complejas, porque generalmente es un agrandamiento o un abultamiento de algunas zonas de la cara, especialmente de la nariz, que resulta muy antiestético.

 

“No es la única variante. Hay otras que suelen ser bastante severas, como la papulopustulosa, la fulminans y la granulomatosa; pero, sin duda, la más frecuente y grave es la rosácea fimatosa, por lo invalidante y antiestética que puede llegar a ser”.

 

 

¿Y SI ENROJEZCO POR VERGÜENZA?

No, esa rojez no es la misma. El doctor Rivas aclara: “Un enrojecimiento que aparece y se va rápidamente es sólo eso, y puede ser una respuesta vasomotora o una manifestación de alguien que está en la perimenopausia, por ejemplo. Lo característico de la rosácea, precisamente, es un enrojecimiento que no desaparece”.

 

En efecto, hay algunas personas que presentan un signo que se llama flushing, que es la aparición de un enr

ojecimiento súbito y transitorio causado por el aumento del flujo sanguíneo cutáneo. Sin embargo, ello no está relacionado con una rosácea.

 

TRATAMIENTOS

La rosácea no tiene cura, pero sí responde muy bien al tratamiento dermatológico, aunque éste puede durar vari as décadas, porque la enfermedad no desaparece antes de los 45 o 50 años de edad. En algunos pacientes puede permanecer toda la vida.

 

Se trata de controlar y reducir signos y sintomatología. “Varía según la rosácea, pero a grandes rasgos requiere casi siempre de una rutina dermatológica para pieles sensibles -dice el doctor Rivas-. Esta enfermedad es muy agradecida de cremas y limpiadores muy suaves, como los de Synderm. Hoy tenemos un medicamento tópico muy bueno, que es la ivermectina en crema al 1%, y también algunos orales, como la doxiciclina. Y los láseres hacen su parte: están el Nordlys, el Excelite y el VBeam”, puntualiza el médico.

 

 

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