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Nunca es demasiado repetitivo decir que debemos cuidar la piel. El órgano más grande del cuerpo, el que conforma una barrera entre él y el entorno, se expone todo el año, pero aumenta su vulnerabilidad en verano. Y no es sólo porque estamos en plena temporada de playas y piscinas, sino porque, además, vivimos en una región donde el sol apenas se esconde unos días.

 

¿Sabías que es lo mismo estar a orillas del mar a mediodía que desplazarse por un paseo peatonal de una ciudad soleada a la misma hora? El efecto es igual. De ahí la importancia de protegerse siempre, porque el cáncer de piel acecha y ha aumentado en los últimos años. “El cáncer melanoma es la principal causa de muerte por cáncer en pacientes de entre 25 y 29 años, y Chile no es la excepción -explica el doctor Mauricio Rivas, dermatólogo y director médico de nuestra clínica-. Es el que más se asocia a quemaduras solares en la infancia. Los del tipo no melanoma, como el carcinoma espinocelular y el carcinoma basocelular, son los que se presentan más en los adultos por la exposición crónica al sol”. (https://clinicavallenorte.cl/dermatologia-clinica-y-quirurgica/).

 

Actualmente en Chile se diagnostican 25 casos de cáncer de piel al año por cada 100 mil habitantes.

 

CÓMO BLINDARSE

 

Lo más importante, lejos, es alejarse de la acción del sol y usar un factor protector solar de manera adecuada. Cuando lo primero es difícil o imposible, hay que tomar medidas. “No existe un bronceado saludable, es decir, ningún dermatólogo en el mundo va a recomendar exponerse al sol -dice el doctor Rivas-. Obviamente, todos vamos a la playa o queremos disfrutar la piscina. ¿Cómo debemos cuidarnos, entonces, antes de exponernos? Primero, evitando hacerlo entre las 10 y las 16 horas. Los niños menores de seis meses no deben exponerse al sol, derechamente, y los niños menores tienen que usar gorros, anteojos de sol y ropa UV. Y puede ser raro ver a los adultos con ropa UV, pero es algo cada vez más común en países más desarrollados”.

 

ELECCIÓN DEL FILTRO SOLAR

 

Fundamentalmente, acota el doctor Rivas, lo más recomendable es aplicarse protector solar. “En la cara, mínimo cada una hora, y en el cuerpo, cada dos, o luego de cada inmersión en la playa o piscina”. Ojo con la cantidad adecuada: dos líneas gruesas del tamaño de un dedo para la aplicación en el rostro, y aproximadamente 30 gramos (equivalente a un shot de tequila) por cada aplicación en el cuerpo. Esto es muy relevante, afirma el médico, porque una capa muy leve del producto no logra la fotoprotección adecuada. La cantidad y la frecuencia son importantes en conjunto.

 

Antes de los seis meses no se debe aplicar ningún protector solar porque ninguno ha podido demostrarse como seguro para pequeños de esa edad. Para menores de entre los seis meses y los dos años son muy eficaces los protectores solares minerales, como el Isdin Mineral Baby, o el Eucerin Micropigmentos Pediátrico. Después de los dos años ya se puede ocupar cualquiera de carácter pediátrico y desde los 12 años en adelante, los que utilizan los adultos. “Lo ideal es adquirir uno especial para la cara, porque son cosméticamente más agradables, tienen menos productos irritantes y menos alcohol”, señala el doctor Rivas.

 

MONTAÑA, MAR Y CIUDAD

 

En cualquiera de estos escenarios el cuidado debe ser el mismo, pero si se está en la nieve debe ser mayor porque ésta actúa como un espejo. “Muchas pacientes me dicen que no se exponen al sol, así es que no saben por qué están manchadas. Claro, no se exponen como tal, pero viven en una ciudad como Ovalle, o en esta región, que en general es muy soleada durante todo el año. Caminar a las 12 del día en la calle en una ciudad soleada es lo mismo que estar en la playa a las 12 del día. Incluso puede ser peor si el paseo peatonal tiene baldosas que reflectan el sol”, comenta el doctor Rivas.

 

¿Y SI ESTOY TODO EL DÍA EN CASA?

 

La regla general indica que la aplicación de fotoprotector debe ser, mínimamente, cada cuatro horas. Pero si se está en casa no hay que bajar la guardia, sino la frecuencia. Puede ser dos veces al día, pero si permaneces mucho tiempo frente al computador o bajo luces artificiales, lo ideal es que ocupes un filtro solar que tenga un poco de color para evadir la acción de las luces artificiales.

 

EL ROL DE LA ALIMENTACIÓN

 

La piel es un reflejo de cómo está el cuerpo por dentro. Por lo tanto, una buena alimentación, con una dieta balanceada, rica en antioxidantes, frutas y verduras, sobre todo en verano, es muy importante para mantenerla saludable.

 

La hidratación también es clave. Se debe beber por lo menos de cuatro a seis vasos de agua al día, y ojalá pura.

 

¿DEBO USAR TANTAS CREMAS PARA TENER BUENA PIEL?

 

Si es presupuesto es poco y hay que escoger un solo producto, ese debe ser el protector solar. No es necesario hacer 10 o 20 pasos de skin care, señala el doctor Rivas, pero dos cremas, una de día y otra de noche, más el protector solar conforman una rutina simple pero bien completa. En la medida de lo posible se pueden agregar sérum, limpiador y contorno de ojos. “Pero lo más importante, lejos, es siempre el protector solar”, afirma.

 

CUÁNDO SOSPECHAR UNA ANOMALÍA

 

Principalmente, cuando hay cambios en lunares. En dermatología existe la regla del ABCDE, cuyas letras significan, en orden, las señales que entrega el lunar: su asimetría, bordes irregulares, más de dos colores, diámetro de más de 6 mm y su evolución en el tiempo, es decir, si pica, sangra o aparece uno nuevo. Ante cualquier sospecha, la consulta al dermatólogo debería ser inmediata.

 

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