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Ha tenido un uso regular desde la década de 1980 en diversas patologías, principalmente oftalmológicas y neurológicas, aunque su descubrimiento se remonta al siglo 19. El botox, o toxina botulínica, ha ido ampliando desde entonces su espectro de utilización, llegando al área cosmética con un éxito inusitado. No sólo revolucionó la medicina, sino que su aplicación constituye hoy uno de los procedimientos estéticos más solicitados.

 

¿Qué es el botox? El doctor Mauricio Rivas, dermatólogo de nuestra clínica, explica que es un medicamento natural que se extrae de una bacteria llamada Clostridium botulinum. “Se descubrió que bloquea la función de la acetilcolina en las neuronas motoras, lo que produce la relajación del músculo”.

 

Y he ahí su revolución: aplicado en ciertos músculos faciales, se vio que las arrugas desaparecían. Al relajar los músculos para que no se puedan contraer, la piel no se pliega, y de esta manera se minimizan las arrugas de expresión. La zona en que se trabaja, agrega el doctor Rivas, es el tercio superior del rostro: frente, entrecejo y patas de gallo. “Lo que se busca hoy es evitar la formación de las arrugas dinámicas, que son las que se forman en la cara cuando tenemos ciertos rasgos o expresiones faciales repetitivas en el tiempo. Al aplicarles botox la mirada se relaja, da una sensación de paz, de que no se está enojado”.

 

Aun cuando el botox está completamente aprobado y avalado, existen mitos en torno a éste, muchos de ellos ocasionados por experiencias en manos de quienes no están facultados para aplicarlo. Otros, por simple desconocimiento. Aquí, algunos de los mitos más comunes:

 

-HINCHA LA CARA. El botox no da volumen. Por tanto, ni hincha el rostro ni produce aspecto de estar asustado. Los productos que otorgan volumen son los rellenos, o fillers -como el ácido hialurónico o la hidroxiapatita cálcica-, pero tampoco estos deberían producir hinchazón si están bien suministrados. El botox sólo relaja el músculo y suaviza las arrugas de expresión, y su resultado, conseguido con profesionales idóneos y en un centro especializado, siempre será natural.

 

-SU EFECTO DURARÁ PARA SIEMPRE. No. toxina botulínica tiene distinta duración, dependiendo del producto. El Botox, el original, tiende a durar de tres a tres meses y medio; el Dysport, también ocupado en esta clínica, hasta cuatro meses y medio.

 

-QUITA LA EXPRESIÓN DEL ROSTRO. No, porque si se trabaja con las dosis adecuadas, el resultado debe ser óptimo y natural. Antiguamente, dice el doctor Rivas, también se inyectaba en el tercio medio de la cara, en el músculo risorio, pero se vio que en esa área sí afectaba porque disminuía la risa, lo que daba un aspecto falso. Por tanto, ya no se ocupa en esa zona, salvo por alguna indicación médica y no estética.

 

-SI LO DEJO DE USAR QUEDARÉ PEOR. No hay razones para pensar esto, porque el botox no le producirá más arrugas. Lo que sí ocurre es que la persona se acostumbra a no tenerlas y una vez que se pasa el efecto aparecen las que estaban antes, pero la situación nunca será peor.

 

-ES DAÑINO PORQUE ES UNA TOXINA. No es toxina en el sentido de ‘tóxico’. Es sólo una proteína que, usada en dosis bajas, tiene una función terapéutica beneficiosa.

 

-ES UN PROCEDIMIENTO DOLOROSO. Se administra con una aguja 32 G, pequeñísima. Más que doler, lo que puede producirse es un poco de ardor por el medicamento, pero nada más. El 99% de los pacientes lo tolera muy bien. De ninguna manera es un procedimiento traumático.

 

-PUEDO PONERME Botox EN CUALQUIER CENTRO. No. Se trata de un fármaco y, como tal, sólo debe ser administrado por profesionales capacitados y en un centro dirigido por médicos especialistas. ¿Qué hacer para no equivocarse en la elección? Fijarse en los ‘3 correctos’, señala el doctor Rivas: El centro correcto, el profesional correcto y el producto correcto. “Si va a una casa que está sólo adaptada para este procedimiento, dude, porque la apariencia en esto sí que importa. En nuestra clínica cada área tiene una autorización, cada box, cada laboratorio, cada pabellón. Hay muchos odontólogos muy capaces que realizan este procedimiento, pero el paciente debe optar por un profesional que sea capaz también de tratar las complicaciones en caso de que las haya. Y sobre el producto, hay que ver que posea un sello, una resolución del ISP y una marca reconocida como xeomin, Botox o dysport. Se debe tener mucho cuidado, porque hay productos falsificados o de origen chino que no tienen aprobación ni de la FDA ni el ISP”.

 

-ES PARA PERSONAS MAYORES. Al contrario: la idea es prevenir y trabajar en arrugas dinámicas, que son las que se producen por el movimiento de la musculatura. Con el tiempo, comenta el doctor Rivas, va apareciendo otro tipo de arrugas, como las estáticas, y también la caída de párpados o exceso de piel. Lo recomendable es comenzar con el botox antes de los 30 años. Es probable que personas de 60 o 70 años se quieran aventurar, pero en ese caso todo dependerá del estado de la piel.

 

-ME VOLVERÉ ADICTO(A) AL Botox. No y sí. No hay motivos médicos que provoquen una adicción. Pero sí es más que posible que se acostumbre a verse sin arrugas y verse y sentirse bien. Lo recomendable, dependiendo del producto, es inyectarse cada cuatro meses o mínimo 2 veces al año.

 

-ES PARA MUJERES. En absoluto. Tanto hombres como mujeres recurren a este procedimiento porque ambos desean por igual una apariencia fresca en su rostro.

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